Helena Terraza: «Mi novela es una reflexión sobre la identidad»

Helena Terreza, autora de viveLibro, lanza su último libro La mirada del alba, una novela que cuenta la historia de una evolución interior, casi una revelación de sentimientos y cambio, provocada por un suceso violento y extremo. Esta semana es su puesta de largo en Madrid y Helena nos ha contado las claves de La mirada del alba.


Vivelibro (V): Helena, ¿qué te llevó a escribir La mirada del alba?; ¿cuál fue tu inspiración?

Helena Terraza (HT): Divagamos algún tiempo sobre como podría ser esa relación. Cada vez que los encontrábamos en el patio de la piscina, elucubrábamos sobre ese intercambio tan desigual: el jovencito, guapo y de apariencia frívola, y el señor serio y maduro que leía periódicos financieros. Un día nos preguntamos si aquella relación sería oculta o conocida y, en el primer caso, qué pasaría si en un viaje como ese ocurría algo -un accidente o suceso inesperado- que no pudiera mantenerse en secreto. La eterna reflexión sobre los límites de la privacidad, los roles sociales, nuestra evolución en algunas percepciones. Así nació la historia de Philippe y Carlo, que se completó con otras personas y experiencias conocidas y con una trama con algo de suspense y sorpresa. En realidad, no nació con vocación de novela, pero se hizo larga ella sola. 
V: ¿Qué podemos encontrar en esta novela? HT:Yo creo que en la novela se puede encontrar un poco de todo: un toque de suspense que se acerca a la trama policiaca o a la novela negra, una historia de amor que aún no se ha identificado como tal, una reflexión sobre el poder, la corrupción y la importancia del dinero… Pero, por encima de todo, creo que es una reflexión sobre la identidad: quiénes somos, cómo somos vistos y tratados en nuestros diferentes roles, y cómo afectan los demás a la imagen que tenemos de nosotros mismos. Como adelanta el título, las miradas son muy importantes: no cambian las situaciones o las personas, sino nuestra manera de mirarlas.
V: En La mirada del alba, ¿encontraremos la influencia de autores que han te han marcado a ti como lectora?
HT: Indudablemente. Yo creo que escribir es una afición que se cultiva leyendo. A veces lees algo que te conmueve, o te sacude, o te hace pensar y dices: «yo quiero escribir algo así». Quiero creer que en mi novela hay algún eco del Muñoz Molina de Beltenebros o del monólogo sutil e inteligente de Sándor Márai en El Último Encuentro o La amante de Bolzano. Aunque solo sea dentro de mi cabeza…
V: ¿Qué destacarías de esta novela?
HT: Es difícil destacar algo cuando es una criatura tuya, casi inseparable de ti misma; quizá los claroscuros. Quería construir personajes y situaciones que escaparan de los juicios maniqueístas, que no fuesen ni buenos del todo, ni malos del todo, si es que eso existe, sino más bien humanos complejos, con sus necesidades, miedos, expectativas y debilidades, pero también capaces de amar, aunque de maneras distintas y complejas.


V: ¿Qué puedes contarnos de los personajes que aparecen en La mirada del alba?
HT: Básicamente, todos ellos son muy humanos y contradictorios. Philippe, el protagonista, es un hombre poderoso que sufre una «bajada a los infiernos» y ve cómo su vida se desmorona y ya no puede fiarse de nadie, quizá siquiera de sí mismo. Pero, por el camino, aprende a encontrar el amor y el cariño que no había sido capaz de ver antes en su vida; en resumen: abre los ojos, aunque esta sea una experiencia dolorosa. Alrededor tiene un colectivo variopinto al que creía dominar: una esposa distante, una amante joven y explosiva, una ex-amante que también es competencia en sus negocios…y su último capricho, el hermoso Carlo, que le desconcierta y le saca de su área de confort. Y, además, están los que va conociendo en Marrakesch, que jugarán de una u otra forma un papel en el desarrollo de la historia.
V: ¿Y de los lugares donde se sitúa la trama?
HT: Marrakesch empapa toda la acción, es casi un personaje más. Aporta color y contraste,

pero también la distancia física y cultural que necesita Philippe para cambiar. Cono contraste está Paris, donde se ha desarrollado toda su vida y que, desde esa situación, parece irreal y demasiado sofisticado.

V: ¿Existe ya un nuevo proyecto literario?
HT: Bueno, varios. Suelo tener varias cosas abiertas a la vez. Estoy trabajando en unos relatos cortos que pretenden servir como instrumento de coaching literario y que van a publicarse en la web de nuestra asociación, Agora Espacio Creativo. Pero también estoy comenzando la segunda novela, que aún no tiene título, y que va a ser una especie de road movie, o de historia de búsqueda y persecución, donde una joven de veinte años pretende encontrar a su madre, que se ha ido de casa repentinamente, y comienza una aventura que le ayudará a descubrir y comprender mejor no solo a su madre, sino a todas las españolas que nos criamos en la transición.
Creo que es algo que, en el fondo, estoy escribiendo para mi hija y para todas las chicas de su edad: no son conscientes de lo que ha cambiado la situación de la mujer en este país en los últimos treinta años, ni, por tanto, de la responsabilidad que tienen de seguir trabajando por la igualdad y por no perder los derechos conquistados.

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