1.Abre los ojos cuando salgas fuera de casa: puede parecer un consejo muy tonto, pero abrir los ojos puede ser suficiente para darnos cuenta de que en todas las esquinas hay algo digno de contar. Mira a esa niña que camina, contempla las sonrisas de la gente. Detrás de cada risa hay algo que merece la pena ser escuchado.
2. Libérate al aburrimiento: uno de los problemas que tiene nuestra sociedad es que nos esforzamos en matar el aburrimiento, y es una de las principales fuentes de creatividad que existen. Con él, nuestra mente puede viajar de un lugar a otro agarrándose a los pequeños detalles.
3. Escucha tu mundo: al igual que con los ojos, solemos andar con ellos cerrados. No nos damos cuenta de lo que nos rodea. Vivimos en nuestra propia burbuja en la que no dejamos entrar a ningún estímulo que nos permita encontrar algo que contar. Pero, ¿escuchas esa carcajada? Detrás hay algo que merece la pena.
4. Siéntate a una terraza, cierra los ojos y huele el café: cuentan los dichos tradicionales asiáticos que el olor de una taza de café abre todos los sentidos. Dicen que ese simple brebaje puede transportarte a otros mundos y otras vidas. ¿Por qué no lo pruebas?
5. Habla, habla con todo el mundo, con cualquier persona, y si es desconocida mucho mejor. Cada persona esconde detrás una historia, algo que le ha hecho estar ahí en ese preciso momento, algo que le ha marcado y le ha convertido en quién es. Eso es maravilloso. Igual puede ser el protagonista de tu próxima historia, o una parte muy importante de él.
Con esta entrada lo que queremos deciros es que basta con querer encontrar historias para poder cruzarte con una detrás de otra. No las dejes pasar. Nútrete con ellas.
