El verano de los escritores: Manuel Enríquez

Durante julio y agosto vamos a realizar el verano de los escritores, y para estrenarlo, el mes de julio va a tener por protagonista a Manuel Enríquez, escritor que ha publicado dos obras con viveLibro: Esa tal dulcinea y Está usted despedido, un libro de relatos.

Vivelibro: ¿Por qué decides dejar a un lado la novela y centrarte en una historia a base de relatos?

Manuel Enríquez: Siempre me gustó el mundo del cuento y después de tres novelas escritas pensé que era un buen momento para dedicarle un punto de atención. Además estamos en verano: Época de vacaciones, y de momentos tranquilos en los que cualquiera, sin necesidad de ser un gran lector puede dedicar un ratito a leer un texto sin demasiadas complicaciones, sin tener que prestar demasiada atención recordando personajes y tramas. Escribir un libro de cuentos que te permita dejar de leer en un punto concreto para retomarlo uno o dos días después, puede animar a la lectura a personas que no se atrevan con un volumen de dos kilos de peso.

(V): Está usted despedido es un homenaje a Las mil y una noches, ¿por qué decides hacerlo? 

(ME): Las Mil y una noches es todo un ejemplo de narraciones cortas y relajadas, todas ellas de gran calidad literaria, que me enamoró durante mi adolescencia. Son cuentos infantiles pensados para adultos y creo que tengo algo de niño. Traer a Sherezade al momento actual y pensar cuáles serían los relatos que ella contase ahora es todo un homenaje a su persona, además de un ejercicio muy entretenido.

(V): ¿Tienes alguna manía a la hora de escribir? ¿Algún tipo de rito?

(ME): No. No soy nada ritual. Ni en la escritura ni en ninguna otra faceta de mi vida. Esto no sé si es una ventaja, porque te libera o un problema porque quizás evite el trabajo rutinario. Hablo aquí de la palabra rutina no como en plan peyorativo sino exactamente al contrario, como un comportamiento habitual que te lleve a escribir un número determinado de horas cada día. No es mi caso.

(V): Eres muy activo en redes sociales, concretamente en Twitter y Facebook. ¿Cuál crees que es la importancia de estas redes para los escritores?

(ME):La verdad es que no lo tengo muy claro pero algo tendrá el agua cuando la bendicen. Si políticos, cantantes, deportistas, periodistas y monjes benedictinos utilizan este tipo de recursos será porque funcionan. Lo cierto es que me gusta más Twitter que Facebook porque en el primero prima la escritura mientras que en FB lo más importante es la imagen. Son recursos publicitarios a los que no podemos renunciar pero que también pueden llevar a sobrevalorar a algunos personajes. Youtubers que han alcanzado la fama gracias a grabar sus partidas en línea, que han conseguido cientos de miles de seguidores y a los cuales las editoriales les editan un libro que, en algunas ocasiones, ni siquiera han escrito ellos mismos. Jugar muy bien a Super Mario Bros y saber escribir igual de bien no tienen porqué ser sinónimos.

(V): Eres conocido por los poemas de historias que escribes para criticar a la clase política a base de humor, ¿encontraremos algo de esto en Está usted despedido?

(ME): No. Escribo esas romanzas para divertirme y su argumento tiene vigencia mientras dura la actualidad del último disparate político de derechas o izquierdas. Lamentablemente cada día aparecen nuevos motivos de crítica que desactualizan a los anteriores. Leer ahora sobre Ana Mato, sobre las andanzas de Monago o sobre el ti-tac de Pablo Iglesias aburre porque son temas que están pasados de moda.

(V): ¿Crees que los cuentos son solo para niños? 

(ME): La mayoría de los cuentos que se han escrito son para adultos. Algunos relatos infantiles muy famosos, El traje nuevo del emperador, Hansel y Gretel, proceden de historias medievales que estaban pensadas para adultos y que posteriormente fueron recogidas y adaptadas para el público infantil.

(V): Te hemos visto ya en muchos formatos. ¿Qué será lo siguiente? 

(faME): Estoy metido actualmente en una novela que cuenta la historia de un hombre que, casi sin poder evitarlo, se vio convertido en carterista. Es una historia sencilla con un punto de nostalgia que enmarco en la Argentina de los 80 época del gobierno militar y, por supuesto, en pocos meses espero editar mi última colección de cuentos que titulo “El vino y los siete pecados capitales”. Estoy especialmente contento con este trabajo que se ha visto galardonado con el primer premio Tiflos de relatos de este mismo año. Siete cuentos que abarcan el humor, el terror, el romanticismo en formatos que van desde el microrrelato de diez líneas hasta el gordorelato de veinticinco páginas. Prometo que os gustarán.

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