Toñy Pozueta: «Cada poema de ‘Cien poemas con arte’ es un cuadro, un reflejo de mí misma»

Muchas veces, el título de un libro o poemario acompaña a la perfección con el contenido del mismo. Cien poemas con arte es una de esas veces y nuestra autora Toñy Pozueta ha conseguido crear mucho más arte si cabe en este poemario. Se trata de un libro en el que la forma en la que están escritos los poemas (literalmente) ya es puro arte, puro arte caligráfico, y si además le añadimos las ilustraciones que le acompañan creadas por Lucio de la Fuente terminamos por llenar de arte este fantástico poemario.

Cien poemas con arte es un libro muy original y sobre todo muy especial para su autora en el que los lectores, amantes o no de la poesía, encontrarán la fusión de dos creaciones artísticas, como hemos comentado.

Toñy asegura que cada poema es un cuadro con el que los lectores podrán descubrir esas mismas emociones que tanto ella como el ilustrador han sentido al crear cada poema. Os dejamos con la entrevista completa a nuestra autora.

viveLibro (V): Toñi, la literatura y la poesía siempre han estado en ti, ¿por qué publicar ahora?
Toñy Pozueta (TP): Realmente, han confluido varios factores, los cuales no favorecían la publicación. Siempre he dado prioridad a dedicarme a la familia. El bien más preciado para mí. La mejor inversión de mi vida, la he hecho en casa: mis cuatro hijos. A ellos me he dedicado en cuerpo y alma, compaginándolo con la enseñanza, mi otra gran pasión. En momentos muy contados, he podido recrearme escribiendo.

V: ¿Qué ha significado la poesía en tu vida?
TP: Una forma de expresarme, buscando la belleza a través de las palabras; exteriorizando sentimientos causados por la contemplación de lo que me rodea, o bien, por un proceso interior que en determinado momento, siento la necesidad de sacarlo. Escribir es una buena terapia.

V:¿Crees que Lucio de la Fuente ha sabido captar con sus ilustraciones la esencia de tus poemas?
TP: Para mí, Lucio es el mejor que podía encontrar. Me siento más que orgullosa. Él es un pintor de sentimientos. Su motivación era tan grande que un día le dije: » lo ilustras tan bonito, tan bonito, que luego no leerán lo escrito». Tanto la caligrafía como los dibujos son una auténtica obra de arte. Cada poema es un cuadro.

V: Trabajar mano a mano con tu marido en este libro, ¿ha supuesto un reto todo lo contrario?
TP: Ha sido muy gratificante compartir esta tarea con él. Hemos disfrutado mucho trabajando codo con codo. Cuando decidimos publicar el libro lo hicimos como una diversión. Yo ya tenía bastantes poemas y la idea de llegar a cien para publicarlo era para nosotros una quimera.

V: ¿Cómo compaginas tu pasión literaria con tu carrera profesional?
TP: Ahora con los años, la dedicación a la familia no es tan absorbente. Puedo ejercer de abuela a la vez que escribo cuentos e incluso el diario para mis nietas. El tiempo ya no es un problema para mí.

V: ¿Crees que es difícil inculcar la lectura en los niños?
TP: Si desde muy pequeños se les va acostumbrando a leer un poco cada día, al final adquieren el hábito de la lectura. Los niños son esponjas secas, se van empapando, por eso es bueno que la elección de los libros sea entre educativos y entretenidos a la vez. Bien es verdad, que en la actualidad disponen de otros medios, pero hay que saber dosificarlos.

V: ¿Qué les dirías a los lectores para animarles a leer Cien poemas con arte?
TP: Es difícil para un escritor hablar de su obra, a mí al menos eso me ocurre. Es un libro especial, muy original, en el que se fusionan y complementan dos creaciones artísticas. Cada poema lleva su ilustración, escrito a mano, con una caligrafía cuidada y con una temática amplia y variada. Podría decir que cada poema es un cuadro, único, un reflejo de mí misma, fruto de un proceso creativo de emociones en el que he disfrutado enormemente y espero transmitir esta misma sensación a mis futuros lectores.

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