Itziar de los Llanos: “La poesía son dos personas, una humana y otra arte”

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Nuestra autora Itziar de los Llanos se abre en cuerpo y alma con su nuevo poemario Kenopsia, un libro en el que nuestra autora nos habla a través de su poesía los cambios que experimentó en el periodo entre los 15 y los 17 años, un momento de cambio en el que vives situaciones de caos hasta el momento en el que decides coger las riendas de tu vida de nuevo y seguir adelante.

Kenopsia es un recorrido por la infancia, el amor y la despedida y según nuestra autora “un cajón de recuerdos que si bien no todos hemos vivido las mismas experiencias muchas son parecidas y nos pueden trasladar a ciertos momentos”.

A continuación os dejamos con la entrevista completa donde ella misma nos desvela algunos detalles de su obra.

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viveLibro (V): Itziar, ¿cómo surge tu afición por escribir y cuándo decides dar el salto de publicar tus propios textos?

Itziar de los Llanos (IL): Creo que no surge en ningún momento en concreto, la verdad es que siempre me ha gustado escribir y crear vida en historias y más allá, la realidad me parece demasiado ficcional para vivir en ella. Pero en concreto la poesía surge cuando entré en la adolescencia, la necesidad de expresar cómo me sentía y a día de hoy cómo me siento, me es realmente difícil hacerlo de manera oral y creo que el género poético me ayudó bastante, a día de hoy me es imposible expresar lo que siento o cómo me siento sin él, a veces en situaciones complejas o cuando quiero decirle algo importante a alguien o incluso para entenderme a mí misma lo hago escribiendo, es un salvavidas, sin lugar a dudas, mi verdad siempre estará escrita.

V: ¿Cómo surge la idea de Kenopsia?

IL: Kenopsia surge de un momento de mi vida en el que estaba cambiando sin darme cuenta, es despedirse pero sin dejarse atrás. Es decir, yo Kenopsia lo escribí en el período de los 15 a los 17 más o menos, aunque añadí durante la edición del libro algún poema más reciente. Es un momento de cambio como he dicho antes, estás creciendo y dejando atrás personas y cosas muy importantes para ti y al mismo tiempo otras a las que te agarras con uñas y dientes te están dejando a ti para que puedas seguir avanzando, creo que es ese momento de caos, de repasar tu vida hasta ese momento y coger el tren para continuar. Kenopsia es el sustento de la persona que soy ahora, la situación que estoy pasando ahora, creo.

V: ¿Qué van a encontrar los lectores en este libro?

IL: Van a encontrar la infancia, el amor y la despedida. Un cajón de recuerdos que si bien no todos hemos vivido las mismas experiencias muchas son parecidas y nos pueden trasladar a ciertos momentos, creo que independientemente de encontrar una parte de mí que a día de hoy yo sigo buscando, también van a encontrar partes de ellos que ya no recordaban.

V: ¿Qué es para ti la poesía?, ¿qué es lo que genera en ti?

IL: Para mí la poesía es una dualidad entre mundos inconexa. Es muy difícil de explicar porque ni siquiera las palabras saben dar una definición de la poesía universal, lo que es para mí puede no ser para otra persona. En mi caso, es el infierno, un dolor que atraviesa todas las heridas como un tren, una agonía que te machaca, que te escuece y te juzga, una pistola acertando en todas las dianas… pero también es mi libertad, la hierba que crece después del incendio, mi confidente y la manta que me abriga. Creo que no es algo para mí sino dos personas, una humana y otra arte, que se enseñan, se cuidan, se salvan y se acompañan. En resumen, es lo peor y lo mejor de mí, la crudeza y la delicadeza del papel que como crece muere.

V: En todo el proceso de creación del libro, ¿qué es lo que más te ha costado y lo que menos a la hora de escribir?

IL: Lo que más me ha costado es estarme quieta, soy una persona excesivamente perfeccionista y exigente conmigo misma, todo tiene que estar exacto y muchas veces me cuesta saber enlazar lo que siento con la palabra adecuada, en este libro no están tan presentes como la manera que tengo de escribir ahora, en todo hay una evolución, pero uso muchas metáforas porque me refugian y a la vez me ayudan a dar en el epicentro de lo que quiero decir, así que termino cambiando los poemas muchísimas veces y cada vez con conceptos más complejos y es un no parar, me cuesta decir “ya basta, hasta aquí” pero en esta época creo que lo que más me costaba era acabar los poemas no encontraba los finales perfectos y siempre añadía más y se convertían en poemas muy largos. Sin embargo, lo que menos me ha costado ha sido escribirlo, me es muy fácil escribir en cuanto abro la herida y creo que en esta época de mi vida estaba bastante al descubierto y necesitaba contar lo que me estaba pasando por la cabeza y el corazón.

V: ¿Qué significa Kenopsia y por qué lo elegiste como título para tu libro?

IL: Literalmente Kenopsia significa: la inquietante atmósfera, de un lugar vacío que normalmente está lleno de gente, pero que permanece abandonado y tranquilo.

Elegí ese título porque me encantan las palabras olvidadas o desconocidas que realmente definen lo que las palabras ordinarias no pueden. Yo no encontraba una palabra o un título que definiera ese sentimiento de nostalgia y abandono y felicidad y continuidad y una tarde sin buscarlo encontré esa palabra y dije “Es imperfecta como esto que me carcome, no hace falta más”.

V: ¿Qué nos puedes contar de la portada, cómo elegiste la ilustración que incluye?

IL: La portada se la debo a Sandra de la Cruz, fue muy fácil trabajar con ella, le escribí y le pasé el manuscrito, ella es una ilustradora muy muy creativa y buena, es espléndida de verdad, cada trazo y cada idea es una historia, se leyó el prólogo de Kenopsia y dijo que aceptaba hacer la ilustración, le dije que libertad absoluta que me sorprendiera, Sandra cogió una foto mía de cuando yo tenía 15 años, me parece, en una biblioteca leyendo un libro de poesía, mi mejor amiga me hizo la foto, y Sandra la ilustró porque le pareció clave, al mismo tiempo describió lo que yo contaba en el prólogo y cuando me mandó la imagen me pareció impresionante, era Kenopsia, esa niña de la foto, agarrando la poesía y la vida en un libro, con su mejor amiga detrás de la cámara y un fondo de feria en pleno paisaje rosáceo, era Kenopsia, era yo. Después las ilustraciones del interior me las hizo Depuntillasporelarte, no solo es una ilustradora magnífica sino que es mi amiga, no fue difícil encajar ideas porque ella tiene un sexto sentido, me pidió Kenopsia y una charla y en un parque lleno de otoño me hizo fotos y me tiñó de acuarela, como un río que lleva vida y recuerdos en su curso con palabras sobresaliendo en ligeras olas dulces, hizo unas ilustraciones espectaculares, para mí no me ilustró el corazón de Kenopsia sino que me regaló una imagen visual de lo que ella veía en él y eso me emocionó.

V: ¿Qué otros proyectos literarios tienes en mente?

IL: Ahora mismo, estoy en un momento muy introspectivo, un paso más allá de Kenopsia, estoy en la soledad, la rotura y la inquietud del qué va a pasar y quién soy ahora, estoy escribiendo varias cosas, un poemario sobre este momento pero va tardar en salir a la luz, de momento está naciendo y después tiene que pulirse y reposar, también estoy escribiendo canciones, una de ellas la van a producir y pone letra y voz un amigo mío que es puro arte, aunque creo que este proyecto va más despacio porque la composición musical va más lenta y queremos que todo esté hecho por nosotros. Por una parte, estoy muy centrada en mis recitales con mi grupo de poesía, Palabresía, que estamos ahora de gira y en un momento muy bueno, y por otra parte, tengo en mente una novela que posteriormente quiero adaptar a un guión, entre otros proyectos, todo se verá, la creatividad no tiene límites pero de momento mi mayor proyecto literario soy yo misma y seguir aprendiendo para evolucionar a nivel persona, artístico y profesional.

V: ¿Qué le dirías a los lectores para que se llevaran a casa Kenopsia?

IL: Les diría que cuiden mucho a mi pequeño porque para mí es muy importante, que le arropen y se imaginen a los 16 años con todas las frustraciones de una mente y una vida inquieta y sobretodo que no les guste ni les deje de gustar, que le vivan.

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