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Crear el diálogo perfecto para dar la forma que se merecen a tus personajes es probablemente uno de los pasos más complicados a la hora de dar forma a tu libro. Las obras literarias son producto de nuestra imaginación y nuestro talento. Como escritor tienes el poder supremo sobre que va a formar parte de tu texto, cómo van a ser tus personajes y en qué forma van a comunicarse entre ellos y con el lector. Los diálogos que podemos ubicar dentro de nuestra obra son muy extensos, y no tienes que decantarte por uno solo, puedes jugar con los personajes y los diferentes tipos de diálogo.
Al igual que en la vida cotidiana, las personas nos expresamos de forma diferente dependiendo del contexto en que nos movemos, las personas que participan en la conversación o diálogo y muchas otras variantes. Un escritor debe saber adaptar el diálogo de sus personajes a las situaciones que los está sometiendo a lo largo de la novela. Es importante que el autor controle quién habla en cada momento y lo remarque en el propio texto para no confundir al lector.
Aprender a dominar los distintos tipos de discursos mezclando personajes y situaciones muy comprometidas para estos, te hacen ganar habilidades de escritura e introducir de lleno a los lectores en la historia. Debes ser consciente de que el lector que está sumido en una historia, interpreta los diálogos de los personajes como una conversación en voz alta, asique ten en cuenta el factor de qué tono es el adecuado en determinado momento.
En este post vamos a mostrarte las claves para crear el diálogo perfecto que puedes utilizar en tus obras y sobre todo te contaremos cómo relacionarlos. En viveLibro siempre te recomendamos que te superes día a día como escritor. Esperamos que te sea útil saber los diferentes diálogos que puedes utilizar en tu texto, para entrenar tanto tus habilidades comunicativas como tu escritura para mejorar en tu profesión.
El diálogo literario
El diálogo literario es el ß que usa el autor para recrear el habla de los personajes que forman parte de la historia. Los diálogos están presente en la mayoría de los géneros literarios como las narraciones (novelas, ensayos, cuentos…) los personajes creados por el autor intercambian mensajes entre ellos, son los protagonistas de los relatos. En el género teatral, el diálogo suele el componente esencial. A diferencia de las narraciones en el teatro los diálogos construyen la historia y poseen todo el protagonismo. Conocemos la historia a través de los diálogos. En la poesía puede aparecer diálogo, aunque no es lo más común.
Es un recurso esencial en una narración que cuenta historias sobre los personajes porque les hace ser reales, existir porque piensan, hablan se expresan y el lector se involucra en su vida, que es fruto de la creación del escritor.
Diálogos según el emisor
En primer lugar vamos a hacer una breve clasificación sobre las formas que puede adoptar el discurso verbal según la intención del emisor o de los emisores, lo que te permitirá crear el diálogo perfecto. Recuerda utilizar ambas a lo largo de tu texto dependiendo de la situación que se encuentre el personaje.
El monólogo es una forma de discurso en la que encontramos un solo emisor que habla de manera continua. Es un recurso utilizado por muchos escritores para insistir en la subjetividad del personaje, habla de su mundo interior y expresa sus sentimientos. Es un diálogo en voz alta que puede tener consigo mismo o dirigirse a varios receptores que no intervienen en el diálogo. Es común encontrarlo en todos los géneros literarios, por lo que puedes recurrir a monólogos siempre que desees explicar cómo se expresa tu personaje y cuáles son sus pensamientos más personales.
El diálogo es una cadena de intervenciones lingüísticas que tienen dos o más personajes con diferentes intenciones dependiendo de la conversación que tengan en esa situación. Un diálogo es una forma comunicativa oral, es decir, no podemos dar por sentada la comunicación no verbal. Si el personaje está en medio de una acción, el diálogo debe ser coherente con la función que ejerce para que resulte creíble y tenga sentido. Puedes añadir explicaciones del narrador para que todo quede más claro.
Estilo directo de los diálogos
Gracias al estilo directo, se reproducen literalmente las palabras o pensamientos que dicen los personajes, es decir, de forma textual. Gracias a esta forma de diálogo se consigue más dinamismo, el lector tiene claro quien habla en cada momento y se conoce a los personajes en profundidad (como hablan, como se expresan, que piensan…). Existen varias formas de redacción, ambas son válidas y tienen la misma utilidad:
Forma tradicional hispana
En los textos narrativos creados por españoles o hispano parlantes, está estandarizado usar guiones al comienzo del diálogo de un personaje. Cada línea de diálogo empieza con un guión y las acotaciones se colocan entre guiones.
Forma tradicional anglosajona
En cuanto a los texto narrativos y relatos anglosajones, cada intervención que hace un personaje con diálogo ocupa un nuevo párrafo, además van entrecomillados y escritos en cursiva. En este caso las acotaciones que añade el narrador van fuera de las comillas y sin cursiva. Así todo queda diferenciado. Como ya sabrás en el formato español no s usa cursiva, todo mantiene el mismo formato de texto.
Entrevistas
Las entrevistas son un diálogo entre dos o más personas en la que ejercen el papel de entrevistador y entrevistado y en ocasiones dan lugar al diálogo perfecto. Es un formato muy sencillo de pregunta-respuesta. Es menos estructurado y más informal. Aunque depende de la formalidad de la situación. También se pueden redactar entrevistas con discurso indirecto; señalamos lo que dice el entrevistado de forma no literal (realizamos una entrevista al Sr. X y nos dijo que…)
Diálogo teatral
Generalmente este tipo de diálogo se encuentra en el género literario teatral aunque también se ha usado en algunas ocasiones en textos narrativos. Tiene una intención comunicativa peculiar, concretamente para ser interpretado por actores en voz alta (una obra de teatro). Por tanto la historia se escribe en torno a los diálogos. Se pone el nombre de la persona que habla con un punto y guión y detrás aparece el texto que le corresponde decir. Es común que el guionista añada como se encuentra el personaje antes del texto correspondiente para que el actor interprete dicho estado de ánimo (‘’nervioso’’, ‘’preocupado’’, ‘’avergonzado’’…) El guión de una obra de teatro tiene algunas similitudes con el cine.
Estilo indirecto: Diálogo indirecto
El diálogo indirecto en aquel en el cual el propio narrador introduce en el mismo párrafo de su discurso el diálogo de los personajes. Es menos usado que los anteriores porque se considera difícil de redactar. Es imprescindible que el escritor tenga soltura y control sobre las frases largas para obtener un resultado de calidad. Si las intervenciones entre los personajes son numerosas, el párrafo será muy largo y probablemente confuso, además corre el riego de abusar de la conjunción qué (‘’ella dijo que…. Y él contesto que…)
El autor recurre a este tipo de diálogo cuando no quiere incidir en la literalidad de la conversación entre los personajes. Con esta técnica se consigue un distanciamiento o se resta interés a la conversación.
Diálogo libre
Como su propio nombre indica, el escritor introduce los diálogos libremente en un párrafo sin uso de comillas, ni guiones, ni necesariamente cambia de línea en cada intervención. El diálogo queda colocado dentro de la narración. Aunque parece sencillo, requiere habilidad del escritor para dejar claro quien habla en cada momento y no confundir al lector.
Estilo formal y estilo informal
Según la situación en la que se encuentren tus personajes, deben adoptar un estilo formal o un estilo informal, así ganas credibilidad ante tus lectores. Carece de sentido que los personajes no se comporten como las personas en la vida real, recuerda que los diálogos humanizan a los personajes y esta es tu forma de humanizar tu narración.
Estilo formal
Se produce cuando el personaje se encuentra en una situación comunicativa planificada. No existe relación estrecha entre los personajes, de hecho, puede que se conozcan o no. Puede que exista jerarquía entre los personajes (que uno posea un puesto de trabajo superior al otro), en este caso las intervenciones entre los personajes siguen un orden y un sentido. El lenguaje es muy formal, fuera de lo cotidiano o vulgar. El vocabulario suele ser culto, cuidado y preciso. Requiere cortesía y educación. Además las frases deben estar bien construidas y ser elaboradas.
Estilo informal
Se produce cuando el escritor quiere reproducir escenas de la vida cotidiana de los personajes en su día a día. Puede ser una charla con familiares, amigos, conocidos, pero generalmente el personaje tiene una relación estrecha o de amistad con los interlocutores. Se caracteriza por un lenguaje coloquial y puede que vulgar. No existen formalismos ni la situación está planificada, la conversación fluye entre los personajes y todo es natural y espontáneo.
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