La lectura, la llave para la concentración

Cada vez es más difícil encontrar hueco a la lectura. El tiempo se nos va entre el trabajo, las nuevas tecnologías, salir con los amigos y hacer deporte. ¿Cuándo se lee? Se lee cuando se tiene tiempo, no se saca tiempo para leer. ¿Sabías que leer mejora tus capacidades mentales?

Dicen que a la lectura sólo hay que dedicarle ratos perdidos, esos ratos en los que no tenemos nada mejor que hacer. Ya sea por obligación o por afición, la lectura es un beneficioso ejercicio mental. Está muy bien cuidarse el cuerpo e ir al gimnasio todos los días, ¿pero quién cuida nuestra mente? Solo nosotros podemos hacerlo pero aún no somos conscientes de que tener una mente sana es tan importante, o más, que tener un cuerpo libre de enfermedades o imperfecciones.
¿Por qué leer es tan saludable? La lectura ejercita la mente y eso favorece la concentración y la empatía y además previene la degeneración cognitiva. Cuando se aprende a leer se cree que este proceso ocurre de forma innata en nuestra mente, pero en realidad, leer es una actividad antinatural. El humano aficionada a leer surgió de sus capacidad para evitar la distracción y concentrarse en una sola cosa, algo verdaderamente difícil ya que el estado natural del cerebro es distraerse con la aparición de cualquier estimulo.
Además de la concentración y la empatía, leer alimenta nuestra imaginación. Está comprobado que una persona que ha leído libros es mucho más creativa y tiene una mente más abierta que alguien que decidió que leer era perder el tiempo. La imaginación permite identificar al lector con los personajes de las historias hasta creer que son reales consiguiendo así mejorar la habilidad social de la empatía. El poder de la mente es tan fuerte que recrea lo imaginado, activando las mismas áreas cerebrales que se accionarían si se ejecutara la acción en realidad. Lo demuestra un estudio de la Universidad de Washington a cargo de la psicóloga Nicole K. Speer. En un artículo publicado en la revista Psychological Science en el 2009.
Más allá de mejorar estas capacidades mentales, el hábito de la lectura hace que uno sea mejor orador. Como dijo el gran Cicerón: «a hablar no se aprende hablando, sino leyendo”. Este aprendizaje hace que se mejoren las habilidades comunicativas, dejando atrás esa visión de que los lectores son solitarios e introvertidos. Una persona rica en vocabulario es más apreciada profesionalmente, además de tener más posibilidades de éxito.
Mejora la concentración, las habilidades sociales como la empatía, la capacidad de expresarse y previene la degeneración cognitiva, por eso, como ya dijimos en un post anterior, hay que fomentar la lectura a los más pequeños para que acaben haciendo de un libro, su compañero de viaje desde su infancia hasta su vejez.

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