Seis pasos para desarrollar el hábito de la lectura

Desarrollar el habito de la lectura, sobre todo desde las edades más pequeñas, es muy importante para que los niños adquieran una base intelectual sólida, y para que siendo adultos sepan más y tengan el cerebro mejor entrenado. La lectura es el medio de adquisición y transmisión de conocimientos por eso, tener un buen nivel de compresión lectora es imprescindible para obtener un optimo rendimiento. Hoy te traemos 6 pasos para desarrollar este hábito.

1.- Predicar con el ejemplo: De poco vale decirle a un niño que lea si nosotros no les transmitimos la sensación de que es una actividad placentera y divertida. De pequeños, imitamos siempre lo que hacen nuestros padres, así que si nuestros hijos nos ven leer ellos también querrán hacerlo.
2.- Lecturas adecuadas para la edad: No es lo mismo leer a los 7 años que a los 14. Si no entendemos lo que leemos, nos aburriremos. Por eso es importante introducir a los niños a la lectura con contenidos divertidos y fáciles de asimilar.
3.- Lee en voz alta: El placer de qué un padre cuente historias en voz alta a sus hijos no debería perderse nunca. Antes de que los más pequeños aprendan a leer, nosotros podemos ser sus narradores.
4.- Visita bibliotecas, librerías y ferias del libro: Son los santuarios de la lectura. Visita con frecuencia y adquiere nuevos libros para ir renovando y descubriendo nuevas historias. Cuanto más conozcas tú, más le podrás enseñar a tus hijos.
5.- Regala libros: Regala libros o pide que te los regalen para tu cumpleaños, así no podrás decir que no tienes nada nuevo que leer. Pero además, por otro lado para los niños es un método perfecto para estimularles a que no dejen de leer y vean además que un libro es un objeto realmente muy valioso.
6.- Fija una disciplina: Tanto si quieres hacer que tus hijos lean, como si pretendes mejorar tu propio hábito lector, suele ser recomendable fijar una rutina cómoda de cumplir. Por ejemplo, reservar un horario para leer, como después de comer o antes de dormir. Así, la lectura se convierte en una actividad más del día a día y no requiere tanto esfuerzo ponerse a ello.

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