Loly Delgado: «La poesía ha sido la única forma de gritarle al mundo de manera serena mis emociones»

¿Cómo sabemos cuándo debemos decir adiós?, ¿qué es lo que nos impulsa a despedirnos de alguien?, ¿por qué nos cuesta tanto dejar marchar a aquellas personas que hemos amado? La respuesta a todas estas preguntas las tiene nuestra autora Loly Delgado en su poemario 1010 razones para despedirse, un poemario cargado de desamor en el que la autora encontró la manera de dar rienda suelta a sus emociones y con el que seguro que más de uno se sentirá identificado.

A continuación os dejamos con la entrevista completa a nuestra autora donde nos cuenta todos los detalles sobre su libro.

viveLibro (V): ¿De dónde surge la necesidad de escribir 1010 razones para despedirse? Loly Delgado (LD): En realidad, surgió sin saber que estaba escribiendo un poemario. No fue planificado. Imagino que como les pasa a la mayoría de los poetas, en un momento personal en el que el desahogo era urgente y a la vez imposible, de piel para fuera. Digamos que empecé a escribir porque de alguna forma tenía que desangrarme. Ya lo hacía por dentro y era necesario expulsar hacia afuera.

V: ¿Por qué ese título?
LD: No sé si te ha pasado alguna vez, creo que casi todos hemos tenido que despedirnos alguna vez de alguien sin querer hacerlo. Te despides una vez, a los pocos días echas de menos y piensas, “¿Por qué no luchar? igual esta vez se da cuenta” y vuelves a intentar que esa persona no se vaya o en su defecto, impida que tú te alejes. El problema aparece cuando no sucede eso pero tampoco eres capaz de dar el paso de marcharte y despedirte de verdad. En una de esas despedidas, me dijeron “Vas a despedirte de mi mil veces”, a lo que respondí “como si me despido 1.010…”. Porque realmente cuando te despides tantas veces es porque vale la pena aquello de lo que no quieres alejarte, con razones buenas y las malas, pero todas te llevan a volver a intentarlo.

V: ¿Por qué crees que nos cuesta tanto despedirnos?
LD: Creo que despedirse de alguien siempre es un poco traumático. Odio las despedidas, nunca digo adiós. Prefiero un “hasta pronto” o incluso un “hasta siempre”. Cuando digo adiós es porque no hay retorno, cuando realmente me despido o eso intento. Cuesta despedirse de lo que amas, de lo que te hace sentir bien, querer ser mejor persona y te aferras a lo mínimo para no pronunciar esa palabra que tan a la ligera decimos pero que en realidad, engloba algo muy triste. Todo aquel que ama, sufre la despedida de esa persona, y no solo en el amor, también en otras relaciones de la vida como son la amistad, la familia o incluso en el trabajo. Nos cuesta porque somos seres humanos pasionales por naturaleza y creamos lazos sin darnos cuenta, tal como el zorro le explicó al Principito. Esos lazos son los que hacen que sea tan duro y tan difícil despedirse.

V: ¿Qué es lo que te ha hecho lanzarte al mundo dela escritura?
LD: El desamor. Siendo sincera ha sido eso. Un momento de mi vida en el que encontré en la poesía la única forma de gritarle al mundo de una manera serena y repleta de mis emociones.

V: ¿Qué referentes literarios tienes a la hora de escribir?
LD: He leído mucho desde pequeña. Por suerte, es un hobby que te hace crecer como persona y te hace vivir mil aventuras sin moverte del sitio. Pero fue en 2015 cuando empecé a leer más poesía. Admiro de una profunda manera a Carlos Miguel Cortés y Elvira Sastre, sin dejar atrás a Marwan, Carlos Salem, Bukowski, Diego Ojeda, Sara Buho o Luís Ramiro. Todos y cada uno de ellos me han aportado matices diferentes y al final sientes esa influencia en tus propias letras.

V: ¿Crees que la poesía tiene cierto carácter catártico?
LD: Sí. Sin lugar a dudas creo que sí. Es más, en mí lo ha tenido. Al escribir, sobre todo poesía, te liberas de todo aquello que no eres capaz de decir en voz alta. Purifica, desahoga y te hace sentir mejor en un momento de tu vida, no solo al escribirla, también cuando la lees y te sientes identificado, adquiriendo para ti mismo lo que otro ha creado en un momento de su vida en el que seguramente, sentía como tú.

V: ¿Qué les dirías a los lectores para animarles a que lean 1010 razones para despedirse?
LD: Les diría que hay dentro tantas razones para disfrutar de este libro como las que yo tuve para crearlo. Que se sienten y me dejen entrar en sus vidas de esta forma tan bonita como es la poesía. Seguramente, se sentirán identificados con muchas cosas, porque es difícil dar con alguien que no haya sufrido en algún momento por amor o lo haya vivido de una forma intensa. Que lo saboreen y lo hagan suyo, porque la poesía no solo es de quien la escribe, también es de quien la siente suya y se ve reflejado en sus letras.

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