Verónica, cuéntanos un poco más de ti…
Nací en París y desde muy pequeña me trasladé a vivir a España junto a mis padres y hermano mayor. Casi siempre veraneaba en casa de mi abuela materna desde mediados de junio hasta empezar el colegio en septiembre. En ese tiempo y durante muchos años pude conocer mucho de las costumbres que allí se daban, las cuales me tenían y me tienen totalmente atrapada. Pero todo ese buen sabor de boca no hubiera sido posible sin la existencia de mi abuela, que gratuitamente se volcaba en mí durante todo el tiempo que estaba con ella.
Mi madre, al igual que mi abuela, tenía peluquería y desde muy pequeña yo ayudaba en lo que podía. Al acabar bachiller, mis padres me matricularon en Formación Profesional para sacarme el título de Peluquería y Estética, a la par que iba iniciando la carrera de Ciencias de la Educación. Cuando terminé mis estudios tuve la suerte de encontrar rápidamente trabajo en a ONCE y desde entonces esta ha sido siempre mi segunda familia. Me encanta mi trabajo de pedagoga y aunque he ocupado a lo largo de mis 33 años distintos puestos de responsabilidad, en todos ellos siempre me he sentido bien. Trabajar con personas y para personas es lo que más me llena y si volviera de nuevo a empezar no creo que cambiara casi nada de mi trayectoria profesional.
¿Qué van a encontrar los lectores en este libro?
El contenido de este libro no es algo muy diferente al que podrían relatar muchos de los que vivieron en los años de mi abuela. Puede incluso que no sea espectacularmente llamativo. Pero para mí, como nieta me emociona no dejar en el olvido lo que nuestros antepasados vivieron en condiciones nada comparables con las que ahora tenemos. Podría decir que lo que se encontraran será una biografía recreada por hechos reales, cuidadosamente seleccionados y relacionados estrechamente con la protagonista. Una historia bonita y sentimental.
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¿Cómo nace en ti la pasión por escribir?
Desde pequeña escribir suponía para mí un pequeño refugio donde poder expresar mis sentimientos. Cuando cogía un trozo de papel y apuntaba lo que mi corazón me dictaba, era en parte como una liberación. En torno a mi vida siempre había muchas cosas que no entendía y escribirlas me permitía desahogarme e idear un mundo más acorde con mi manera de ser. Me hacía sentirme bien. Con los años la vida me fue sonriendo de otra manera y mi necesidad de escribir fue disminuyendo hasta el nacimiento de este libro, que, como tal, surge por otros motivos muy diferentes.
¿Cómo surge la idea de Las lágrimas del amor?
Veranear con mi abuela durante todos esos años me aportó mucho a mi vida. Con ella a mi lado, la vida cobraba un sentido muy diferente al que yo estaba viviendo durante el resto del año en mi familia.
Durante todo ese tiempo a su lado, uno de tantos veranos decidí tomar nota de las cosas que ella me iba contando a cuentagotas y recogerlas en un cuaderno. Para mí todo lo que ella me había ido contando durante tanto tiempo era digno de que yo no lo olvidara y de ahí su pequeño registro. Cuando ella me contaba cosas y veía que yo las escribía, había brillo en sus ojos. Se emocionaba viendo que yo estaba tomando notas y su tono de voz cogía fuerza y la veía feliz.
Después de más de veinte años de su fallecimiento, y quizás por la madurez que te va aportando la vida, decides que no debes dejar de ordenar y escribir todo lo que ella me fue relatando pues, de no hacerlo, quedaría para siempre en la página del olvido, y yo no habría cumplido con este proyecto tan especial.
Cuando miro mi vida y la de los de mi alrededor, observo que hay personas que destacan y siempre son veneradas. Pero también hay otras que siempre están ahí, discretas, firmes y que aún haciendo lo que tienen que hacer, pasan totalmente desapercibidas.
Con este libro, donde la protagonista es mi abuela, quiero destacarla con honor como también a todas aquellas personas, hombres y mujeres que, aunque no hicieron nada espectacular, estuvieron siempre ahí. Personas igual de importantes y que sin ellas la historia se habría escrito sin duda de otra manera.
¿Qué significado tiene para ti el libro?
Escribir este libro y verlo entre mis manos me produce una satisfacción indescriptible. Poder devolver a la vida todo lo que mi abuela me contó y viví con ella, es como superar una asignatura que yo tenía pendiente. Revivir entre páginas sus anécdotas es para mí la mejor manera de darle las gracias por todo lo que hizo por mí y por muchos otros. Me entristece mucho la indiferencia y la soledad que hoy día muchas personas ya mayores viven en su silencio, y me desarma pensar en nuestra falta de gratitud hacia ellas.
Con el confinamiento, cogí impulso. Pensar en todas las personas mayores que iban muriendo en la soledad, aceleró todo este proceso- Mi dedicación y compromiso fue grande. Era el momento.
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¿Cómo te decantas por este título para tu libro? ¿Barajaste más opciones además de Las lágrimas del amor?
Las lágrimas para mí siempre fueron y son buena compañía. Especialmente en los momentos más emotivos. Soy como ser diría de lágrima fácil. Y mi abuela, detrás de ese escudo de fortaleza había una mujer débil, emotiva y puede que algo llorona también, aunque por sus circunstancias y la dureza de su vida, puede que menos. Como en el libro hay muchos momentos que se prestan a ello, he querido que las lágrimas formaran parte del título, pero casi siempre como expresión de felicidad.
Otro título que se me cruzó en más de una ocasión habría sido el de poner su nombre al libro. Pero finalmente me decanté por el actual.
¿Cuéntanos qué hay de personal en este libro?
Bastante la verdad. Como toda la obra está escrita desde la protagonista, la expresión de muchos de los sentimientos, se entremezclan con mi manera de ver la vida. Tengo la suerte de poder decir que ambas teníamos muchas cosas en común. Cuando convives con una persona y la sintonía es buena, a veces las palabras sobran para saber lo que la otra siente. De ahí que incluso algunas de las vivencias del libro, no fueron tal que así realmente. En la vida hay condicionamientos que no te dejan elegir, pero estoy segura de que, si ella hubiera podido elegir, las habría orientado con muchos de los matices registrados con total seguridad.
¿Quiénes son tus autores referentes?
Desde siempre he sido una seguidora de todos los libros de Isabel Allende, aunque últimamente me apasiona mucho Ken Follett. Creo que me he leído casi todos sus libros pues me encanta su manera de escribir. Se leen muy bien y ambos suelen plasmar de una manera sencilla la realidad de la vida.
¿Qué es lo que te gusta leer en tus ratos libres?
Además de los citados, me gusta leer lo que otros compañeros refieren como lecturas buenas. Me gusta estar al día en lo que va saliendo, aunque en ocasiones, la verdad es que no termino de encontrar muy buenas lecturas. Es como con las películas, parece que todo está hecho y cuando sale algo nuevo, lleva tantos adornos y tantas vueltas que hacen que el encanto se pierda.
¿Que le dirías a los lectores para que se lleven a casa tu libro?
Les diría que es un libro sencillo. En el que los hechos históricos son los que se cuentan y que están expuestos desde la visión de una mujer de 93 años. Evidentemente, con lagunas pero destacando los que para ella fueron significativos.
Me encantaría que después de leerlo, pudiéramos mirar con más atención a nuestros mayores y prestrarles algo de nuestro tiempo a ellos. Escucharles, hacerles protagonistas de sus vidas con respeto, con espacio, aprendiendo con humildad y con amor.
En todo el proceso de escritura, ¿qué ha sido lo más fácil y lo más complicado a la hora de dar forma a Título del Libro?
En relación con el título, si es esta la pregunta, ninguna complicación. Pero si es en relación con la obra como tal, para mí lo más complicado ha sido cuidar de no poner nada que pudiera hacer daño a nadie. Al ser un hecho real, también hay datos que se han omitido, entre otras, porque tendría que haber pedido permiso a esas personas, y en su mayoría ya no están entre nosotros. He procurado disfrazar las malas experiencias con sentimientos menos malos y destacar lo positivo. Creo que mi abuela lo habría hecho tal que así. No es una obra para molestar a nadie, es una obra para rememorar un tiempo y no olvidarnos de sus protagonistas.
Lo más fácil ha sido sin duda, ponerme en la piel de otra persona y también “crear o inventar” algún hilo conductor para darle atractivo a la obra.
¿Tienes alguna manía a la hora de escribir?
Me gusta escribir con el corazón. De ahí que en muchas de mis relecturas al borrador, siempre se preste a modificaciones. He utilizado un lenguaje sencillo y cercano en todo momento, porque va dirigido a todas las edades y nunca lo he escrito con la intención de deslumbrar en tecnicismos. Es mi primera experiencia, y siento un miedo terrible a no haber sido capaz de llegar al lector.
¿Tienes pensado escribir algún otro título? ¿Qué estilo utilizarías?
Me gustaría poder escribir sobre la historia de la familia de mi marido y de su pueblo, Hormigos. No quiero que todo lo que hasta hoy estamos viviendo con sus padres y familiares pueda quedar también en el olvido. Me emociona poder aportar un granito de arena a su mantenimiento aunque al igual que en Las Lágrimas del amor, aporte elementos y variables de mi propia cosecha. Eso sí, la próxima vez, lo haré con más diálogos y nuevos elementos literarios.
Un honor que mi hermana escriba tan bien. Ademas, una lectura muy entretenida.
Ya sólo por la dedicación y el cariño empleado en su elaboración es una obra que no pasa desapercibida. Todo ello se encuentra plasmado en cada una de sus palabras. He tenido el honor de leer esta obra desde sus inicios como borrador y creo que es de esos libros que te enganchan desde el principio.
Enhorabuena Verónica!
Es un libro totalmente genial. Sencillo, bien escrito y que te atrapa enseguida. Estoy deseando leer el siguiente!