José Luis, cuéntanos un poco más de ti…
Poco más que, tras muchos años de profesión dedicado a la Medicina en distintas Especialidades y cargos de Gestión Sanitaria, me encuentro ya disfrutando de la “jubilación”; aunque no del todo alejado de la Epidemiología, predominante ejercicio profesional de los últimos 30 años de mi vida activa laboral.
Referente a “Versos del Recuerdo”…, ha sido el empeño de amigos el escoger algunos poemas antiguos, y otros de fecha más cercana, para su difusión.
¿Qué van a encontrar los lectores en este libro?
Creo que encontrarán la expresión escrita de sensaciones, pensamientos y sentimientos (unos vividos y otros, los más, figurados o imaginados) como vehículo transmisor de ellos; para disfrute de su lectura y para que les pueda llevar a compartir recuerdos de su vivencia propia, con emociones semejantes y en situaciones parecidas.
¿Cómo nace en ti la pasión por escribir?
Desde siempre la he sentido.
Libros y trabajos científicos en revistas (por necesidad o exigencia académica, encargo administrativo o divulgación) ya han sido varios, claro; pero si de literarios se trata…, este poemario es el primero. Aunque haya participado -de joven y tiempo ha- en algún concurso literario de poesía y de narrativa en prosa (narrativa breve o cuento), tan sólo publiqué un poema en una antigua revista de poesía de Salamanca: “Tela de Araña”. Fue allá…, por la década de los años 60.
Quise dedicarme por entero al estudio de la carrera de Medicina que, para uno que procedía del Bachillerato de Letras, resultaba algo duro; sobretodo ante asignaturas como Bioquímica y Fisiología, Terapéutica-Farmacología… Hube de actualizarme en materia de Ciencias y eso me llevó tiempo y dedicación que resté a la literatura. Y, naturalmente, al estudio de Medicina me dediqué por entero.
A pesar de todo, escribía para mí -y de modo intimista- de vez en cuando.
V: ¿Cómo surge la idea de Versos del recuerdo?
Sencillamente…, me lo han pedido -casi exigido- amigos y conocidos. Ellos han sido, también, los que eligieron los poemas a entrar en esta primera publicación.
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¿El título de Versos del recuerdo qué significado tiene?
Eso: Recuerdos. Son poemas de diferentes fechas, desde época juvenil hasta tiempo reciente.
¿Cómo te decantas por este título para tu libro? ¿Barajaste más opciones además de Versos del recuerdo?
Sí, claro, te vienen muchas ideas. Siempre se duda entre alternativas; a unas las consideras serias y normales, otras excesivamente elaboradas…, otras “cursis”… Al final se suele decantar uno por lo más sencillo y comprensivo.
¿Cuéntanos qué hay de personal en este libro?
Quizás sea el modo de expresar la interacción con cosas sencillas y cotidianas que transcurren a nuestro alrededor, que nos llegan a casi todos y nos hacen pensar o sentir emoción. Más que de personalizar, diría que se trata de “meterme dentro del pellejo” de quien se ve en situaciones concretas… ¿Empatía lo llamaríamos?; pues, sí.
¿Qué te gusta leer?
Me sigue apasionando releer a todos los “clásicos”. Siempre encuentro algo nuevo en cada repaso de sus lecturas.
En cuanto a preferencias…, son muchas. Quizás la “Generación del 98” sea mi preferida.
¿Quiénes son tus autores referentes?
Fundamentalmente -y eso me lo dicen muchos-: Antonio Machado. Como Psiquiatra entiendo perfectamente, creo yo, sus Soledades; me parecen impresionantes y propias de un poeta “sensible, culto, hombre bueno y sencillo”. Y no soy yo el único que le califica así.
Y de “Campos de Castilla”…, ¿qué te diría? Aunque nací en Andalucía (Algeciras) y allí estudié (en Granada) y también tomé posesión en propiedad de mi primera plaza de Médico Titular de A.P.D. (en Montefrío)…, al final volví a la “Castilla La Vieja” de mis ancestros y de mi niñez. Siento nostalgia (casi envidia) de lo “Castellano-Viejo”. Coloquialmente diría que: << “Soy así”; y no lo puedo ni lo quiero evitar>>.
Otro tipo de poesía que es de admirar, y difícil de imitar, corresponde al del poco reconocido Fco. Soto del Carmen. En sus libros “Apuntalad el aire” y “Un verso herido de claridad” hay composiciones que rayan con la perfección. En el soneto es maestro y el matiz místico con que impregna sus versos da como resultado una calidad especial. Quizás sea demasiado “culta” su poesía para estos días; pero hay que aceptar que fue un poeta genial. Y poco reconocido… ¡Una pena!
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¿Qué es lo que te gusta leer en tus ratos libres?
Ahora estoy releyendo a los “enciclopedistas” franceses, y también la filosofía postmoderna; esto último para tratar de entenderla mejor.
Pero me siguen entusiasmando Virgilio y Ovidio, en poesía. Son inigualables en rítmica y figuras poéticas. Sus “Arma virumque cano…”, de aquél, y “Cum subit illius tristissima noctis imago…”, de éste, son imposibles de olvidar.
A Rabindranath Tagore…, con frecuencia. Es un grandísimo referente.
¿Que le dirías a los lectores para que se lleven a casa tu libro?
Que lo lean sin prisas, que lo saboreen… Estoy seguro que lo releerán.
En todo el proceso de escritura, ¿qué ha sido lo más fácil y lo más complicado a la hora de dar forma a Versos del recuerdo?
Cuando lo que llamamos “Musa” baja y se posa a tu lado…, todo es fácil; te susurra al oído y solamente tienes que plasmarlo en papel. Sin su intervención…, todo sería artificial y ficticio.
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¿Tienes alguna manía a la hora de escribir?
Las tendré… Todo aquél que se siente ¿”intelectual”? suele ser algo neurótico. A veces, incluso, insoportablemente maniático.
Pero, de tenerlas, no las voy proclamar; de eso se encargan los demás, según te vayan conociendo.
