Entrevista a Salvador Juan Fernández, autor del libro «Nabal 26º»

Buenos días, Salvador. Es un placer tenerte de vuelta presentando tu nueva obra, Nabal 26º. ¿Qué puedes contarnos acerca de este libro?

Hola. Este libro es una reflexión sobre la mentira, sobre las patrañas que nos rodean continuamente en forma de enredo y trola. No nos damos cuenta de la importancia que tiene la falsedad sobre nosotros, hasta que, de pronto, el globo explota.

¿Cuál es su tema central? ¿Qué relación hay entre los relatos?

La única relación, aparte de la mentira, es el lugar y el tiempo mecánico de reloj donde fueron concebidos. Son lecturas y reflexiones que quizás no se entiendan bien por separado, pero que fueron ideados bajo ese sitio y esa cronología. El tema central es la falsedad, la abulencia que me decía un alumno. Todo es mentira.

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¿Qué significado se esconde detrás del título?

Ahora que toda persona puede googlear y encontrar lo que busca, o dice que busca, parece evidente. En los escritos bíblicos encontramos infinidad de historias, pero lo importante es su interpretación, o, mejor dicho, la búsqueda de la misma. Cada vez que leemos versículos (nada como hacerlo al azar), aprendemos algo. Don Ángel, que aparece citado en el texto, recuerda más de una vez la historia de Nabal y Abigail. Y respecto al 26º, pues viene de la otra farsa, esta vez contemporánea, esta vez francesa, esta vez mentira definitiva.

¿Qué hay de personal en Nabal 26º?

Hablando de lo personal y la página 23 del libro, como en Los chicos de Hidden Valley Road, “somos producto de las personas que nos rodean, la gente con la que nos toca crecer y la gente con la que elegimos estar más adelante”. Todo es personal.

¿En qué crees que se parece o diferencia esta obra con respecto a Dies Irae, tu anterior libro? ¿Ha evolucionado tu forma de escribir?

En Dies Irae había una selección de textos de hace décadas. No hay comparación. En los 90 y a principios de la primera década del XXI tenía tiempo para leer, para recrearme en la relectura. Ahora todo es efímero, todo velocidad. Pero sin moraleja. Ha evolucionado a peor. No me reconozco.

A la hora de escribir este libro, ¿qué dificultades has encontrado? ¿Qué te ha resultado más sencillo?

Ian Nathan, página 47: “Tarantino es un hombre de mediana y edad y un superviviente”. Ahora todo es supervivencia. La dificultad mayor es la falta de tiempo. En esa misma página del libro, aparece citado José Perona (un error no citarlo continuamente) y una reflexión sobre el tiempo circular. Ahora no tenemos tiempo para nada. Los bárbaros, con su reloj de sol, nos han ganado por goleada. Y no hay VAR ni Negreira y Borges al que reclamar. Fuera de juego. Acción de mentir.

¿Cuáles dirías que son las características que definen tu estilo de escritura?

No hay nada original. Todo es pastiche postmoderno, todo reflexión pero mirando lo ajeno. Nada destacable.

¿Tienes algún nuevo proyecto en marcha? ¿Te gustaría probar con otros géneros literarios?

Me gustaría hacer algo sobre la figura de Hernández Ros, un político de Murcia que fue ultrajado, una figura que hubiera sacado a esta pocilga de región de su ciénaga. No encuentro el tiempo, pero es un personaje que me obsesiona.

¿Qué le dirías a los lectores para que decidan llevarse a casa Nabal 26º?

En la contraportada aparece la palabra “invitaciones a la lectura”, que me lo dijo un día el amigo Bartolomé. No soy amigo de regalar consejos.

¡Gracias por tu tiempo, Salvador! ¡Te deseamos mucha suerte con el lanzamiento de Nabal 26º!

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