Tipos de finales y cómo acabar tu novela

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Por lo general casi todos los autores escriben sabiendo el final que le quieren dar a su obra, mientras que otros lo descubren según va avanzando la historia, como si fueran un lector más. Todas las opciones son adecuadas, siempre y cuando el libro tenga un desenlace, algo que sin duda peca de no ser una ciencia exacta. Es imposible determinar si existe el final perfecto, porque existen multitud de alternativas a un final determinado. Además, hay que tener en cuenta el género en el que se encuentra comprendida la obra o el tipo de lector que va a consumirla, entre otras cosas.

Todos estos componentes hacen que el desenlace del libro vaya encaminado por un lugar determinado. Sin embargo, el final siempre será opción del autor (faltaría más), que puede o no basarse en el género o el público, ya que se trata de una opción personal.

En cualquier caso es fundamental que el desenlace de tu novela cuente con unos requisitos que no son obligatorios, pero sí muy recomendables a tener en cuenta. Sin duda es importante que no sean previsibles (excepto si es tu máxima durante todo el libro), monótonos o pesados, además de mal escritos o totalmente desvinculados del resto de la historia, entre otras muchas características negativas. Esto hará que el lector acabe decepcionado, o que al releer la historia no tenga sentido, algo que puede repercutir negativamente en las críticas literarias, por ejemplo.

Escribir el final de tu libro puede ser una tarea ardua, pero es algo que le suele pasar a muchos escritores, incluso a los más experimentados. Los problemas más habituales suelen ser:

– No puedes parar de escribir, por lo que aplazas el momento de acabar la historia incluyendo demasiados detalles y retorciendo el argumento hasta límites insospechados. Quizás te has encariñado demasiado con tus personajes y por eso no puedes encontrar el punto y final.

– No sabes cómo crear un final que se adecúe a lo que ya has escrito o a la idea que tienes en tu cabeza. Muchas veces esto pasa cuando has perdido el hilo conductor o has cambiado el curso total de la acción.

Para evitar estos problemas tan comunes, es recomendable tener en cuenta la planificación inicial, que hará que el final sea satisfactorio y fácil de escribir. Si tienes un esquema, sabrás como actuar en cada momento, cómo escribir y describir cada paso que tus personajes den sin dejar de lado el argumento que tenías en mente. Claramente, puedes innovar si de camino te topas con una idea que parece mucho más adecuada, pero al menos tendrás un punto de partida para guiarte hasta el punto y final.

Para que no caigas en estos problemas, vamos a darte algunas claves que te permitirán dar el paso para acabar tu novela, y que además estés satisfecho con ello. Además, también vamos a mencionar los tipos de finales que hay, para que conozcas alternativas que quizás no contemplabas anteriormente y que por tanto pueden serte de ayuda.

Claves para finalizar tu novela

Puedes hacerte una serie de preguntas que te ayuden a determinar cuál será el final para tu novela y que serán esenciales para evitar los problemas que hemos citado anteriormente.

¿Ha terminado el conflicto?

En primer lugar deberás hacerte la pregunta clave de si ha terminado o no el conflicto del argumento, pues esta es la parte más importante a la hora de determinar el desenlace de tu obra. Por lo general esto significa que el protagonista se encuentre con condicionantes opuestos a él, ya sean internos o externos, por lo que en el momento en el que el conflicto deje contraponerse a él o ella, habrá llegado el momento de crear un final.

Sin duda, es importante que te hagas esta pregunta, porque quizás tu conflicto haya acabado y sea necesario finalizar tu novela. De esta forma evitarás caer en la problemática de retorcer demasiado el argumento, porque ya hemos dicho que existe la cuestión de encariñarse demasiado. En el momento en el que la fuerza de esta problemática remita, incluso si el personaje no obtiene lo que quiere, la historia ya necesita un final.

Si es el caso de que el conflicto sigue latente, intenta continuar hasta que esta remita para poder finalizar tu historia.

¿Cuáles son los objetivos del protagonista?

En este caso, tu personaje ha tenido que evolucionar al enfrentarse al conflicto planteado, ha tenido que aprender de sí mismo o del exterior. En definitiva, el personaje ha tenido que ser moldeado por la acción. Si es el caso y consideras que tus personajes han sufrido cambios, han aprendido o evolucionado, es el momento de finalizar la historia.

Si por el contrario tu protagonista no ha sufrido cambios y sigue siendo de la misma forma que al comienzo de plantear el conflicto, entonces aún tendrás trabajo que hacer. Deberás volver atrás y replantearte cuáles son los cambios que harán que sufra una metamorfosis, lo que por tanto te empujará inevitablemente al final.

Además, deberás tener en cuenta si el personaje ha alcanzado su objetivo, momento en el cuál podrás terminar la historia. Sin embargo, a veces el protagonista no alcanza su meta, y aún así la acción ha concluido. Por eso, es importante que repases la historia y veas si tu protagonista ha sufrido un cambio y si el conflicto ha terminado, porque incluso si no ha llegado a su meta, la historia necesitará un final inminente.

¿Has dejado atrás el clímax de la novela?

Esta es sin lugar a dudas otra de las cuestiones relevantes a la hora de saber si es el momento adecuado para darle un final a tu historia. El momento del clímax es el más emocionante y dramático, pues es en este instante en el que el personaje suele comprender el conflicto, o tomará una decisión que le llevará al final inevitablemente.

Este clímax debe tener fuerza, porque debe suponer el punto de inflexión desde el que avanzará hasta llegar al desenlace. Si este clímax no tiene suficiente fuerza y claridad, será mucho más difícil escribir un final que encaje y también tenga fuerza.

¿Es un final con lógica?

Muchos autores comienzan por este final y van formando la historia a partir de este. Sin embargo, si tu forma de trabajar es contraria a ésta, deberás preguntarte si tiene lógica lo que hayas escrito.

No es necesario que se trate de un final inesperado, con que tenga lógica y concuerde con la historia ya escrita, es suficiente.

¿Has seguido el esquema como lo has planeado?

Este es uno de los factores que más te ayudarán a tener claro en qué punto de la historia te encuentras, y si de lo que hemos hablado anteriormente se cumple. Es importante que cuentes con un esquema previo, de forma que ya no tendrás que depender del azar para averiguar qué será lo que pase después.

Si tienes en mente la estructura, el proceso será menos intuitivo y más fijo, por lo que es probable que te resulte más sencillo de escribir, y tu final seguirá teniendo lógica.

Tipos de finales

Como ya hemos avanzado anteriormente, en este apartado vamos a ver los tipos de finales que existen, algo que puede ayudarte a dar el paso final para acabar tu historia. Sin duda, es una de las partes fundamentales de un libro, pues será lo que consiga que el lector se quede o no satisfecho. Estos son los tipos de finales más comunes:

– Cerrado: en este caso se cierran todas las tramas abiertas e incluso en algunos casos, incluso se conoce el futuro de los personajes.

– Abierto: al contrario que al anterior, las tramas quedan abiertas y por tanto es trabajo del lector imaginarse el futuro de los personajes.

– Feliz: este tipo de final se da cuando los protagonistas consiguen su meta y los antagonistas son derrotados, muy común en las novelas románticas o cuentos.

– Triste: este tipo de final es antagónico al anterior, es decir, que el personaje principal no consigue su objetivo.

– Trágico: se trata de un tipo de final pesimista y dramático, mucho más que el final triste.

– Esperanzador: con este final el autor da a entender cómo se resuelve la historia, sin hacerlo explícitamente.

– Sorpresa: son los típicos finales inesperados, en los que se resuelve el conflicto pero con un giro de 180 grados.

– Natural: al contrario que el tipo de final sorpresa, se trata de un final previsible y que concuerda perfectamente con el hilo de la historia, por lo que el lector ya sabrá lo que ocurre de antemano.

– Moral: este tipo de final es muy común en las fábulas infantiles, por el que da a entender una especia de moraleja que refleja una serie de valores éticos y morales.

Como ya hemos dicho anteriormente, existen muchos tipos de finales, pero lo importante es que tu final tenga una conexión lógica con el resto del argumento.

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