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El uso de seudónimos ha sido y sigue siendo muy común entre las personas que se dedican a las artes, y entre ellos los grandes escritores. Muchos han publicado bajo su identidad de seudónimo durante toda su vida profesional, otros sin embargo lo han utilizado como algo temporal durante un periodo concreto. Los objetivos de poseer un seudónimo pueden ser muy variados, y cada autor recurre a este característico elemento por diferentes razones. Puede ser una motivación para ocultar su verdadera identidad y lanzarse a escribir sus ideas más personales y comprometidas o contar una historia personal oculta que el propio autor no quiere que sus seres más cercanos sepan, conseguir una marca personalizada o nombre artístico, bajo el cual identificarse (como una estrategia de marketing), históricamente muchas escritoras tuvieron que verse obligadas a publicar bajo un nombre masculino para ser consideradas en el mundo de la literatura por las editoriales y acogidas en el mercado. Otros recurrieron al uso del seudónimo para diferenciar sus publicaciones como profesional de sus publicaciones como amante de la literatura.
Las razones por las que un escritor decide publicar bajo un seudónimo que le esconde son muy variadas, y detrás de cada publicación bajo un seudónimo hay una historia personal y unas motivaciones concretas.
Y es que es innegable que cuando las personas ocultan su verdadera identidad se sienten más libres para explorar los mundos literarios que deseen sin miedo a ser juzgados como lo haría cuando escriben algo polémico bajo su verdadero nombre. Gracias al seudónimo se consigue una tranquilidad respecto a las publicaciones, los escritores escriben sin presión, publican al año un número más elevado de libros (o al contrario), se protegen de los juicios humanos cuando van por la calle, se protegen de su familia y amigos… En definitiva, el seudónimo es un recurso muy común pero no es obligatorio, quien quiere lo utiliza y quien no muestra su identidad.
¿Posees tu propio seudónimo? ¿Conoces a alguien que lo posea? Muchos de los autores que te mostramos a continuación lo han utilizado. Quédate con nosotros en nuestro post de viveLibro para describir más sobre este curioso y popular recurso entre los artistas.
¿Qué es el seudónimo?
El seudónimo de un escritor es un apodo, un nombre alternativo o nombre artístico bajo el cual el autor firma sus obras y publicaciones. Al ser un elemento personal, no existen normas sobre cómo elegir correctamente un seudónimo; puede ser meramente estético o practico, pero siempre está bajo la decisión del escritor. Recuerda que los seudónimos cumplen múltiples funciones, puede que poseas tu propia razón para decantarte por tu seudónimo.
El seudónimo te identificará de por vida, piénsalo con detenimiento
Ningún autor que escribe bajo seudónimo ha elegido su nombre por casualidad o en cinco minutos. Escoger este recurso que va a identificar tus obras de por vida, requiere un análisis y una profunda meditación, que puede que te lleve un periodo de tiempo. Aunque creas que el seudónimo solo va a ser para un periodo de tiempo de tu vida y posteriormente vas a publicar bajo tu nombre, es importante que lo analices porque esas obras van a contener ese nombre de autor para siempre, y debes cuidar todos los detalles.
Lo creas o no lo creas, el seudónimo es para siempre, y aunque decidas dejar de usarlo muchas personas te van a recordar por este periodo de tu vida. Es como la marca personal de tu empresa, tu tarjeta de identificación y cuando un elevado porcentaje de autores y lectores te conozcan bajo ese seudónimo y ya hayas tomado la decisión de dejar de usarlo, te seguirán nombrando e identificando por ese nombre en concreto. La calidad de lo que escribas o el género que firmas son ese seudónimo también será identificativo y puede ser clave para ti. Se identifica al autor con las obras, por lo que cuida tanto tu seudónimo como lo harías con una novela que vas a publicar. Recuerda que con el tiempo, todos cambiamos de opinión y algo que puede parecer fascinante durante una temporada puede parecerte pesado por el resto (pero cansarte de tu seudónimo es algo que no puedes evitar). Solo te recomendamos que firmes como firmes responda a tu verdadera identidad.
Tus fans te recordarán por tu seudónimo.
El seudónimo tiene una ventaja añadida, hará que te recuerden en el tiempo, y muchas veces los lectores recordaran tu nombre más que el título de tus obras, si les ha gustado el libro, con mucha probabilidad compraran el próximo que encuentren en la librería firmado por tu propio nombre.
Por esta razón muchos autores deciden escoger su nombre artístico o seudónimo de una forma melódica, para que ayude a ser recordado. Esto es rimando el nombre y el apellido; repitiendo uno o varios sonidos (aliteración) dentro de la misma palabra o combinando el nombre y el apellido. Gracias a este truco identificativo, muchos basan la decisión de su seudónimo.
Otros sin embargo, ya tienen la coincidencia de poseer un apellido o nombre que combinen, pero es demasiado común y buscan diferenciarse, utilizando un apellido de un abuelo o pariente lejano, un nombre inventado etc. Como podría ser el caso del gran poeta Gustavo Adolfo Bécquer, cuyo nombre real es Adolfo Domínguez Bastida, un nombre y apellido excesivamente comunes y firmaba sus obras con el apellido de sus antepasados.
Escoge un seudónimo diferente y único, que no se haya escuchado todavía
Quizás te encuentres en la particular situación de que tu nombre y apellido es similar al de otro escritor famoso y te verás obligado a renunciar a él para buscar el tuyo propio. Aunque creas que puede ser beneficioso para tu obra estar firmada bajo el nombre de una persona popular es todo lo contrario. Tus obras deben diferenciarse de las demás, y tu nombre debe diferenciarse de los autores que ya están establecidos en el mundo de la literatura y poseen su nombre identificativo. En caso de que tu nombre sea igual o parecido al de otra figura representativa popularmente (como un futbolista, pintor, actor, cantante, político…) aunque no tenga nada que ver con el mercado de la literatura, deberías buscar un seudónimo que te diferencie de esa persona, sino tus obras serán identificadas con esa persona y puede que pierdas posibles lectores.
Una misma persona puede firmar con diferentes seudónimos
Cuando un escritor firma con diferentes seudónimos, tiene unos motivos para ello, es raro que lo haga por mero gusto. Muchos son los motivos para que un escritor firme sus obras y publicaciones con diferentes nombres artísticos o seudónimos, es posible que trabaje escribiendo obras o libros moviéndose en diferentes géneros literarios que puede que no tengan nada que ver, por ejemplo, es posible que haya publicado un libro de poemas y un ensayo posteriormente. El autor ha tomado la decisión de publicar todos sus poemarios con un seudónimo concreto que le identifique como poeta y por otra parte haya escogido otro nombre bajo el cual publicar sus ensayos. Es decir, una diferenciación de nombre por géneros, por supuesto seguramente se adaptará el seudónimo dependiendo del género en el que escribas: para un poemario puedes escoger un seudónimo con las características que hemos mencionado anteriormente que rimen o repitan sonidos, mientras que si escribe una obra más profesional probablemente escogerá un nombre más serio y formal para que su obra se valore como profesional.
Otra razón por la que un autor puede cambiar su seudónimo es porque lo haya decidido para un periodo de tiempo concreto, hasta que sufra una transformación como profesional y quiera diferenciar los estilos que ha utilizado para escribir sus obras.
Ejemplos de autores que han publicado bajo seudónimo
A lo largo de la historia de la literatura grandes autores han publicado bajo seudónimo, y hoy en día se sigue haciendo. Muchos se han inspirado en otros aspectos para elegir su seudónimo, no tiene por qué ser un nombre de persona con apellido incluido por ejemplo, es posible que no reconozcas el nombre de José Martínez Ruiz (un nombre y apellidos excesivamente comunes) pero seguro que has oído hablar de Azorín.
Pablo Neruda también usa seudónimo para firmar sus obras, su verdadero nombre es Neftalí Ricardo Reyes; Rubén Darío firmaba bajo este seudónimo cuando su nombre es Félix Rubén García Sarmiento.
Muchas mujeres ocultaban su verdadera identidad para poder ser leídas en épocas en la que las mujeres tienen difícil el camino del éxito en la literatura, por no decir imposible. Es el caso de las hermanas Brontë que firmaban con seudónimos de hombres. Aunque no hay que ir muy lejos en el tiempo para encontrar casos similares: J.K Rowling la autora de ‘Harry Potter’ publicó su obra con su apellido para ocultar su identidad por petición de la editorial, posteriormente al tener la espectacular acogida, decidió reconocer públicamente la autoría de la saga.
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