Julián, cuéntanos un poco más sobre ti.
Nací un 20 de julio de 1957, en la calle Travesía de Iglesia, en Moratilla de los Meleros, Guadalajara. En una familia limitada con pocos recursos, como la mayoría de las que habitaban en el pequeño pueblo. Contagiado por el virus de la lectura y agravado por la poesía que herede de mi madre, a pesar de que me decía que ella era de las más torpes del colegio con las letras y de las más hábiles de la costura. Mi madre me contaba quela maestra la decía “Juana sabrás hacer un vestido pero no cuanto cobrar por ello”. Con esta trasferencia aprendí a convivir, manifestando sus secuelas en relatos y poemas. Hijo y nieto de pastores rochano en la adolescencia, albañil circunstancial de profesión y escritor ocasional de vocación. Persona en todas partes.
¿Qué van a encontrar los lectores en este libro?
El reflejo de los sentimientos, las emociones, las visiones y los pareceres de hechos reales o ficticios de una persona introvertida, solitaria y cordial a la vez, de costumbres, de contraste de pareceres, inconformista en su juventud que, sin embargo, ahora se siente complaciente después de haber superado contratiempos y adversidades que depara el inexorable paso del tiempo, a base de lágrimas y sufrimientos, como las lágrimas son mías derramo las que quiero porque nada te enseña tanto a vivir como llorar y sufrir.
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¿Cómo nace en ti la pasión por escribir?
Creo que fue por necesidad de anotar lo que me sucedía, para dejar constancia de ello. Siempre he sentido esa necesidad que me llevo a empezar un diario con trece o catorce años de edad, donde reseñaba lo cotidiano, no recuerdo hasta cuando llegué ni en que punto lo abandone.
¿Cómo surge la idea de lo que se me olvido contar?
En el libro anterior titulado Rostro Sobre Cartón Piedra contaba relatos, al rostro de una mujer pintada sobre un trozo de cartón piedra, a la que bautice con el nombre de Gloria. La encontré en una reforma en la calle Jardines de Madrid, condenada, a desaparecer en el escombro, la rescate del anonimato me la lleve a casa y está en la portada inmortalizada para siempre. Después de su publicación se me han colado por las rendijas de la memoria, otros sucesos que expuse en él y el último que surgió mientras escribía. Lo hice del mismo modo que los anteriores, porque no sé hacerlo de otra manera podría haberse titulado: “Rostro Sobre Cartón Piedra Segunda Parte”
¿El título de Lo que se me olvido contar que significado tiene?
Contar lo que me paso por la mente en esos momentos
¿Cómo te decantas por este título para tu libro? ¿Barajaste más opciones además de lo que se me olvido contar?
Porque es el que mejor expresa lo que quería contar. Sí, baraje más opciones, Rostro Sobre Cartón Piedra Segunda Parte.
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Cuéntanos que hay de personal en este libro.
Todo el libro está motivado por contar lo que siento en impulsos vitales, testamentando hechos vividos por ajenos y propios, comprenderá que tenga mucho de personal en los propios, en los ajenos no sabría decirle, quizás haber notificado a mi manera lo que supe de ellos.
¿Qué te gusta leer? ¿Quién son tus autores referentes?
La verdad es que nunca he tenido mucho tiempo libre para leer, el trabajo de autónomo casi siempre a destajo me condicionaba, entre el trabajo, ajustes, facturas, y disputas con hacienda me llevaba las veinticuatro horas del día. Pero cuando tenía ocasión aprovechaba para leer. De joven me gustaba la poesía más que ningún otro género, que me animaba a componer mis propios versos, con poco fundamento, como he comprobado después. Bécquer, Miguel Hernández, Lorca, Rubén Darío o Machado, entre otros, eran mis preferidos. Luego me interese por las novelas Cervantes, alguna de Machado o Baroja, más tarde llegaron Vargas Llosa y Garcia Márquez y aunque se me olvidan otros estos están entre los preferidos también. Ahora tengo más tiempo libre desde que me han jubilado y me aprovisiono de lectura con los libros que trae el bibliobús a la localidad. Cuando le veía pasar mientras trabajaba en distintos pueblos, sentía nostalgia de no poder acceder a él y escoger un libro. Lo que parecía una utopía se hizo una realidad y supuso un gran ilusión, me hicieron el carnet de socio que le llevo con más devoción que el de conducir.
¿Qué le dirías a los lectores para que se lleven a casa tu libro?
Es un libro para pasar buenos ratos, pero teniendo en cuenta que está escrito por una persona sin estudios.
En todo el proceso de escritura que ha sido lo más fácil y lo más complicado a la hora de dar forma a Lo que se me olvido contar.
Lo más fácil intuir lo que merecía contar, lo más complicado que para que resultara fácil leer y entender lo que acontece en su interior fue encontrar la fórmula correcta de contarlo tal como lo percibía, lo que suponía pasar muchas horas en soledad, sobre todo de noche cunado termina la jornada cotidiana estrujándome el cerebro para ello.
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¿Tienes alguna manía a la hora de escribir?
Más que manía es hacerlo en la trasnocha, como se dice por aquí en las últimas horas del día, sobre todo corregir y dar por bueno el texto, es cuando más motivado estoy, lo hago siempre en la misma silla y en la misma mesa castellana desde hace Treinta y cinco años, como ha ocurrido con las preguntas que usted me he hecho.