Estructura de una novela. Consejos para escritores

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Escribir una novela puede ser el sueño de la gran inmensidad de escritores. Tanto si estás iniciándote, como si ya llevas un tiempo consolidado en la literatura y perfeccionándote como profesional, lograr escribir una novela perfectamente estructurada es un reto que todos los autores se plantean. Y es que, para empezar a escribir una novela la idea no es suficiente, hay que tener claros muchos aspectos antes de lanzarse a la aventura, para que el resultado que obtengas sea de calidad.

Poseer una idea general: conoce el género literario y su estructura

En primer lugar debes conocer el género literario en el que estás introduciendo. Una novela es una obra literaria en la que se narra una acción en prosa con el objetivo de causar placer de lectura. Tiene un carácter abierto que permite al autor abarcar cualquier tipo de tema y se caracteriza por tener una cierta extensión. La complejidad de lenguaje, el vocabulario, las frases etc. La decide el autor adaptándose al público objetivo al que pretende dirigirse.

Este género literario es tan famoso que probablemente todos hayamos estudiado su estructura durante nuestra etapa académica. La organización correcta que sostienen para la estructura de la novela es la que se basa en la división de tres partes bien diferenciadas (llamada estructura en tres actos o estructura tradicional). En primer lugar el planteamiento, donde se presenta a los personajes y el conflicto principal que va a protagonizar la trama de la novela; en segundo lugar el desarrollo (también denominado nudo) es la parte más extensa de la novela, donde sucede toda la historia; y por último el desenlace donde se produce la resolución (o no) de los conflictos y el clímax narrativo. Existen muchos tipos de desenlaces (felices, caóticos, abiertos…) el autor es el responsable de decidir cuál redacta en función del tipo de objetivos de su novela.

Establecer el género al que pertenece: favorece su elección

Los lectores seleccionan una novela en función del género al que pertenecen, es decir, en qué género/subgénero se clasifica. Uno de los motivos principales para leer una novela es el género, por ejemplo si escribes una novela historia, deberá estar clasificada como tal, para que los lectores la identifiquen con facilidad, la establezcan dentro de sus gustos (a rasgos generales) y la comiencen a leer.

El género/subgénero es la parte más visible, clasificativa y superficial al comprar una novela, pues aunque elijas una novela de la temática que más te gusta, no implica que vaya a encantarte, pero probablemente ha sido un motivo para lanzarte  a leer ese libro. La novela que elijas escribir puede ser de un género puro, un subgénero o una fusión de varios géneros. Existen infinidad de opciones: histórica, romántica, erótica, juvenil, romántica, terrorífica… ¿con cuál género te sientes más cómodo?

Establecer el tono: favorece la conexión autor-lector

Es importante que escojas el tono con el que vas a narrar tu novela antes de comenzar, para guiarte a lo largo del relato. El tono es la sintonía que va a tener tu novela, debe ir en consonancia, sin cambios bruscos y con coherencia a lo largo del texto. Es una forma de conexión entre el lector y el autor de la novela: el autor establece un tono y va a compartir y transmitir emociones al lector bajo el tono que ha seleccionado. Hay infinidad de tonos, y su elección debe tener sentido con la idea/trama que define la novela: puedes escribir en tono humorístico, melancólico, serio, depresivo, alegre, trágico…

Estructura de la novela: El planteamiento

Podemos resumir de forma muy general que el planteamiento nos da toda la información necesaria para conseguir que la historia comience. Muchas veces es la parte más difícil de redactar, pues las primeras páginas son claves para que los lectores se interesen por la novela y la continúen leyendo sin perder el interés. En el planteamiento tenemos que establecer las características de nuestra novela como por ejemplo comenzar a escribir basándonos en  el género y el tono que ya hemos pensado y concluido antes de comenzar (en el párrafo anterior). También debemos dar a conocer al lector los primeros detalles, descripciones y la situación actual del comienzo.

Los protagonistas deben presentarse lo antes posible, así como el antagonista y los personajes secundarios. Debes tener en cuenta ciertos detalles importantes para establecer a los protagonistas: no puedes tener un número muy amplio de protagonistas porque es difícil seguir la vida de más de cuatro personajes al mismo tiempo; es recomendable que los nombres no sean parecidos para no llevar a confusión; los personajes pueden sufrir transformaciones asique aunque marques una personalidad a un personaje desde el principio puedes establecer variaciones; no siempre los buenos son los protagonistas, puedes tratar la historia desde el punto de vista de los “malos”, conseguirás que los lectores apoyen al “ladrón” y odien a los “policías” (por ejemplo).

Debes dar pequeñas pinceladas del conflicto o desencadenante, no puedes establecer en el primer momento todo el problema, pero puedes dar indicios de que algo no va bien, algo sucede y generar interés en los lectores. Técnicas para hacerlo: a través de una situación determinada (un asesinato), un diálogo (una llamada entre ambos sobre un asesinato), el inicio en un lugar determinado (comenzar la narración en el lugar del crimen)… Recuerda no saturar de información en el comienzo, ampliar los detalles lo llevarás a cabo durante el desarrollo. Debes adaptar a gravedad del conflicto a la personalidad del protagonista, no tienes por qué darle al protagonista las claves para solucionarlo todo, los personajes secundarios pueden ser claves para la solución del conflicto, busca un equilibrio entre los protagonistas y los personajes secundarios.

El final del planteamiento viene marcado por un punto clave donde el protagonista debe reaccionar ante el conflicto que has marcado, esto indica que se debe profundizar en la trama y tomar una dirección concreta.

Estructura de la novela: El desarrollo

El punto clave del planteamiento donde el conflicto se intensifica marca el comienzo del desarrollo. El protagonista se enfrenta a un momento donde intentará solucionar los problemas que se le plantean para llegar a una solución lo antes posible. Para añadir intensidad al conflicto del protagonista y ampliar la gravedad debes añadir complicaciones, barreras que impidan la solución y situaciones de triunfo parcial en ambos bandos (tanto protagonista como antagonista). Si el antagonista triunfa, esto supondrá una barrera para el protagonista (y viceversa). Las barreras detienen la acción mientras el personaje decide que puede hacer, es un buen momento para añadir en un personaje secundario la clave de la solución. Recuerda que el protagonista no es todopoderoso, ni siempre tiene la solución para todo. En ocasiones es recomendable que la trama principal se vea relegada por otra trama secundaria.

El triunfo momentáneo de alguna de las partes (protagonista o antagonista) debe ocasionar situaciones críticas que empeoren la trama principal. El protagonista tiene que vivir un momento delicado donde sea vea solo tomando decisiones, no sepa cómo continuar etc. Es decir, añadimos un vuelco y dedicamos la narración a aportar una situación que el lector no se esperaba.

Cuando parece que todo va bien, el protagonista falla o eso parece. Parece que todo está perdido, y de repente un punto de giro se involucra en la acción y la soluciona, algo que parecía imposible ahora es todo lo contrario. Una luz hace que la historia avance ¿con qué fin? El que tú como autor hayas decidido. Si quieres que el protagonista triunfe, se rinda… este punto de giro es el que marca el comienzo del desenlace.

Estructura de la novela: El desenlace

La trama debe llegar a su fin, y el protagonista se enfrenta a su último obstáculo, pero el más duro y el que llevaba persiguiendo solucionar desde el inicio de la novela. Recuerda que tú eliges el final de la novela y que quieres que suceda con la trama.

Es imprescindible que de una forma u otra se aten los cabos sueltos de las subtramas a lo largo de la historia, los lectores deben tener claro cómo se ha solucionado cada trama, y que ha sucedido con cada personaje. A veces encontramos obras que no explican lo que ha sucedido con un personaje y los lectores se muestran confusos.

El clímax narrativo se sitúa en esta parte de la historia, por fin se ha solucionado el conflicto principal y se alcanza el objetivo. Es común redactar esta escena final con mucha intensidad.

Domina la estructura de la novela y publica con vivelibro

La estructura tradicional de la novela requiere de mucha atención y preocupación por cuidar la narración, los personajes, los cabos sueltos y encontrar una solución a la trama principal. Dominar este tipo e estructura se consigue con práctica y correcciones a lo largo del relato. No te frustres si no sale perfecto a la primera, es normal, con el tiempo conseguirás manejarte con facilidad.

Tú marcas tus metas y tus objetivos, y en viveLibro nos preocupamos por ti. Esperamos que con este post tengas clara la estructura de la novela y  consigas autopublicarla pronto. Nuestro equipo editorial te acompañará en todo el proceso. Solo tienes que hacernos llegar tu manuscrito y hacernos saber cuál es tu objetivo y tus propósitos con tu obra, a partir de ahí trataremos contigo qué servicios editoriales son los que mejor se adaptan a tu obra. De la mano de nuestro equipo editorial y siempre bajo tu supervisión y en contacto constante con ellos y su experiencia dilatada en el tiempo ponemos a tu disposición las mejores opciones que te permitirán cumplir tu sueño y publicar tu libro.

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